AVENTURA
EN TIERRADENTRO
RESUMEN
POR CAPITULOS
INTRODUCCION
En
el siguiente trabajo se presenta un informe de lectura de la obra: AVENTURA EN TIERRADENTRO, del escritor
colombiano FRANCISCO LEAL QUEVEDO.
En
él se determina el tema central, su resumen, los personajes participantes y la
enseñanza que transmite el autor en cada capítulo. De igual manera, se muestra
un recorrido de la obra que escribió el colombiano FRANCISCO LEAL QUEVEDO. Esta obra es muy amena; motivo por el cual,
se recomienda su lectura y reflexión.
CONTENIDO
CAPITULO
1. UN NUEVO VIAJE
CAPITULO
2. DESDE LA VENTANA DEL AVION
CAPITULO
3. ESTAMOS EN TIERRADENTRO
CAPITULO
4. CADA UNO TIENE SU HISTORIA
CAPITULO
5. BENILDA
CAPITULO
6. UN FOGON DENTRO DE LA CASA
CAPITULO
7. EL PENSADOR
CAPITULO
8. BUSCANDO ORO
CAPITULO
9. LA VISITA AL MUSEO
CAPITULO
10. UN DUELO DE PALABRAS
CAPITULO
11. EVARISTO Y LA POLAROID
CAPITULO
12. LOS HIPOGEOS
CAPITULO
13. MIRANDO EL CIELO
CAPITULO
14. HACIA LA LAGUNA DE JUAN TAMA
CAPITULO
15. COCA…MAMBE
CAPITULO
16. LAS GUACAS
CAPITULO
17. CUESTION DE HONOR
CAPITULO
18. LOS COCUYOS
CAPITULO
19. EL POBRE PENSADOR
CAPITULO
20. EL ENTIERRO
CAPITULO
21. COMO SI FUERA UN ORACULO
CAPITULO
22. EL ÚLTIMO HIPOGEO
CAPITULO
23. LA CALETA
CAPITULO
24. LA DESPEDIDA
CAPITULO
25. EL REGRESO
CAPITULO
1. UN NUEVO VIAJE
Cuando los niños Nashi y
Mayam estaban cenando, su padre Antonio, les preguntó si les gustaría viajar a un sitio llamado
Tierradentro. Ellos respondieron que sí. Luego su padre les dijo que debían
presentarse al proceso de selección, ya que solo iban a escoger a cinco
personas de la región, motivo por el cual no había nada seguro.
Ellos estaban muy ansiosos e
iban todos los días a la Biblioteca en busca de los resultados. Finalmente,
llego el día de su publicación. Nashi y Mayam vieron la hoja y se desilusionaron porque sus
nombres no aparecían. Mayam observó que
sólo había tres nombres y le preguntaron a la señora de la biblioteca donde
estaba la otra parte de los resultados. La señora buscó y se dio cuenta que faltaba una hoja y en esa
hoja estaban los nombres de los niños.
Nashi y Mayam estaban muy
contentos y al llegar a su casa, les contaron a sus padres que habían pasado y
empezaron a organizar sus maletas. Cuando llegó el día tan esperado, viajaron
hasta Leticia en la canoa de Antonio. Al llegar, fueron al aeropuerto y se subieron
al avión. Antonio y Wayra, su madre, estaban muy tristes porque era la primera
vez que se separaban de sus hijos.
PERSONAJES PARTICIPANTES:
Antonio, wayra, Mayam, Nashi
ENSEÑANZA QUE TRANSMITE EL
AUTOR: Tenemos que ser persistentes en las metas que nos proponemos, así como
Nashi y Mayam no desfallecieron cuando conocieron la primera lista siguieron
insistiendo hasta veificar que estaban anotados al final.
CAPITULO 2. DESDE LA VENTANA DEL AVION
En el avión, Mayam pidió la ventana, desde allí
iba observando el paisaje con sus ríos, árboles, montañas y caseríos.
El avión aterrizó en
Pitalito, donde les esperaba un bus que los llevaría a Tierradentro. Mayam
pidió de nuevo la ventana, pero como le tocaba muy poco tiempo, negoció con
Nashi porque le parecía injusto que ella tuviera sólo una hora y él seis horas;
Mayam logró convencer a Nashi.
Durante el viaje pudieron
observar varios animales y también personas a caballo y a pie. Las personas los
saludaban como si fueran viejos conocidos. Mayam observó que había mucha tala
de bosques y deseó que la leña con la que fueran a cocinar fuera de árboles que
se habían caído y no de árboles talados.
Luego llegaron a un lugar
lleno de neblina donde hacía tanto frio que debieron ponerse sus sacos. A Mayam le comenzó a dar
sueño y Nashi la despertó y le recordó para qué había pedido más tiempo en la
ventana. Ella se despertó y siguió viendo el paisaje. Llegaron al nevado del
Huila, donde observaron que era muy alto y estaba cubierto de nieve. Después le
correspondió a Nashi mirar por la ventana.
PERSONAJES PARTICIPANTES:
NASHI Y MAYAM
ENSEÑANZA QUE DEJA EL AUTOR:
En este capítulo, el autor nos deja la enseñanza de que debemos cuidar la
naturaleza, no talar los árboles.
CAPITULO 3. ESTAMOS EN TIERRADENTRO
Nashi miró por la ventana y
se pudo dar cuenta del hermoso amanecer. Él no podía dejar de ver el cielo
rojizo y abajo unos árboles con el tallo delgadito y muy pocas ramas. A los
niños les causó mucha curiosidad estos árboles, y Evaristo, uno de los guías,
les dijo que a mucho honor, ese era el árbol nacional y aunque no se comparaba con
la ceiba en su tamaño y su volumen, era necesario cuidarlo porque estaba en vía
de extinción.
Después de siete horas de
camino ya todos estaban cansados, a veces cantaban pero todos no se sabían las
mismas canciones. Al cabo de un tiempo, llegaron a San Andrés de Pisimbalá
donde se presentaron con todos sus compañeros y armaron las carpas para dormir.
PERSONAJES PARTICIPANTES: NASHI, MAYAM Y
EVARISTO (GUIA).
ENSEÑANZA QUE DEJA EL AUTOR:
Toda la naturaleza debe ser admirada y reconocida. Debemos conocer nuestros símbolos nacionales.
CAPITULO
4. CADA UNO TIENE SU HISTORIA
Al despertar, salieron de
sus carpas y se reunieron en un círculo para contar historias. El primero fue un niño
llamado Pedro, de San Andrés, que les
contó sobre las playas y corrales, también los puso a escuchar la música
champeta.
Enseguida pasó una niña
llamada Luisa, que les contó sobre el inmenso mar junto a la majestuosa ciudad
colonial, con sus calles estrechas y los cochecitos. Luego se disfrazó de la
India Catalina y conquistó a todos con su vivacidad.
Luego Felipe, un niño
bogotano, les contó sobre los inmensos edificios de muchos pisos, la gran
cantidad de parques y los enormes buses. Este niño tenía la costumbre poco
común, de escuchar música en un discman del que no se despegaba, con sus
audífonos y una guía llamada Emilia. Como esos aparatos lo aislaban del grupo,
sólo podía utilizarlos en la noche cuando estuviera solo en su carpa.
Cuando les tocó a Nashi y
Mayam, hablaron de la exuberante
naturaleza del Amazonas, de su padre que también era guía turístico, de los
parques Amacayaca y del lago Tarapoto mostrándoles las fotos. Además relataron que
en el Amazonas se hablan muchas lenguas, de las artesanías, de la gran cantidad
de peces como las pirañas. De tal modo que todos estaban muy emocionados
aprendiendo las características de cada región. Finalmente, Vicente, el niño de
Tierradentro, les dijo que esta es una tierra misteriosa, llena de historia,
con estatuas indígenas en piedra y famosos hipogeos.
PERSONAJES PARTICIPANTES:
Nashi, Mayam, Felipe, Emilia(guía),Pedro, Luisa.
ENSENANZA QUE DEJA EL AUTOR;
Este capítulo nos deja una enseñanza muy
importante, que no debemos distraernos utilizando audífonos porque eso hace que nos aislemos del grupo y no podemos participar
con agrado de actividades. También aceptar de la mejor manera las sugerencias
que nos hagan sin disgustarnos. Otra enseñanza es conocer lugares de nuestro
país de las riquezas y maravillas de nuestra Colombia.
CAPITULO
5. BENILDA
Al día siguiente todos se
despertaron y fueron a dar un paseo, recorriendo montañas y valles, donde vieron cómo eran
construidas las casas hechas de bahareque y pintadas con cal. Les llamó la
atención una casita pequeña pero muy ordenada, llena de flores y muy linda.
Emilia dijo que ahí vivía la más anciana del pueblo, que tenía más de cien años
y se llamaba Benilda.
Ellos decidieron ir donde la
anciana que estaba casi mueca pero con una vista prodigiosa. Había sido una
sabia profesora de ese lugar y era muy buena contando historias. Para
corroborarlo comenzó a contarles que ella era un árbol, los niños se rieron y
siguió contando la historia, se paró y la contaba abriendo las manos y
moviéndolas, como si fuera una joven. Nashi pensó que en realidad si parecía un
árbol por sus brazos tan largos, como si fueran ramas y sus manos como hojas.
Ella les explicó que habían cuatro mundos: el espacio de los seres supremos,
donde están el sol, la luna y las estrellas; un poco más abajo está el espacio
de los espíritus, allí habitan las nubes, el trueno, la lluvia y el duende;
luego está nuestro espacio de la madre tierra, donde vivimos la gente, las
plantas y los animales, que también son gente; y bajo nuestros pies está el
espacio dentro de la tierra, donde están descansando nuestros muertos.
Cuando Benilda terminó de
contarles la historia, les mostró su casa y su huerta. Al terminar el recorrido
los invitó a merendar.
PERSONAJES PARTICIPANTES:
Benilda y Nashi
CAPITULO 6. UN FOGON DENTRO DE LA CASA
Al seguir su viaje, veían más
casas y que toda la gente que se encontraban los saludaba y muchos los
invitaban a tomarse un fresco y algunos a un cuido. Al llegar a una casa muy
grande, vieron que tenía el techo triangular y estaba tapada por el frio. Mayam
dijo que no se comparaba con su maloquita. Ahí vieron una olla puesta al fuego
y olía a frijoles, yuca y papa; a todos les dieron un poquito de cuido porque
eran muchos y era muy poquito, estaban al pie del fuego y sentían su agradable
calor. Mayam se acordó de su hogar y le dio nostalgia al pensar que estaba muy
lejos, pero se animó y cuando se acabó el cuido se fueron hacia el campamento,
donde todos comieron.
ENSENANZA: cuando salimos de
nuestro hogar siempre vamos a extrañarlo y a recordarlo y nada es comparable con lo que tenemos en el
lugar donde vivimos.
CAPITULO
7. EL PENSADOR
En su recorrido llegaron al
parque arqueológico de Tierradentro, Nashi ya lo conocía por fotos. Había
muchas estatuas, alrededor de cuarenta, eran muy altas y muy antiguas. Nashi
dijo que las estatuas de San Agustín con esos colmillos y esa mirada amarga le
causaba miedo, pero las de Tierradentro le producían paz.
De pronto vieron una estatua
que era muy cabezona y tenía un cuerpo muy pequeño, estaba aparentemente
abandonada, rodeada de pasto muy alto. Decidieron limpiarla y adoptarla,
poniéndole por nombre: El Pensador.
ENSENANZA: Es interesante conocer muchos lugares, cosas
nuevas porque de esta manera aprendemos, además cuidar y proteger lo que nos han
dejado nuestros antepasados.
CAPITULO
8. BUSCANDO ORO
Cuando despertaron al día
siguiente, estaban un poco cansados, pero la ansiedad por ir a un lugar nuevo
les dio fuerzas. Así llegaron hasta el río Ullucos, donde sacaban oro. Ahí
pudieron ver a unos indígenas sacando el oro con unos recipientes de madera que
parecían platos, pero se llamaban bateas.
Mayam cogió una batea y comenzó a sacar el
oro. Veía que en la arena resaltaban unos pequeños granitos luminosos que parecían
estrellas, ella se quedó un tiempo viéndolos y no sentía el cansancio ni el transcurrir del tiempo.
A la hora de almorzar
comieron frijol, pollo, yuca y papa. Una vez terminaron, Mayam siguió sacando
los granitos de oro que le gustaban mucho y casi la hipnotizaban. Al terminar
el día, ella sólo pudo sacar dos muy pequeños y pensó usarlos como aretes.
CAPITULO
9. LA VISITA AL MUSEO
Al llegar al museo vieron
muchas cerámicas, pedazos de tela y urnas funerarias. Nashi se quedó viendo un jarrón
donde enterraban a los indígenas y se preguntaba cómo podían caber en un
recipiente tan reducido. Emilia le explicó que los metían en posición fetal, para que esperaran
renacer en la madre tierra. Luego le
preguntó por el oro que acompañaba estos entierros, pero ella le dijo que los
guaqueros se lo robaban y rompían las telas y los recipientes, luego venden lo
de más valor a los extranjeros.
También le explicó que si
donde estaba el entierro tenía una lagartija, era un hombre y un ciempiés si
era mujer. Nashi observó que aunque era un museo muy pequeño, dejaba grandes
enseñanzas..
CAPITULO
10. UN DUELO DE PALABRAS
Continuaron caminando y
vieron un largo puente de guadua que era muy resistente, el agua sonaba sobre
las rocas. Se enteraron de que esa tierra había vuelto a renacer después que un
terremoto había destruido casi todo, pero los paeces, trabajando con ahínco la
volvieron a recuperar.
Mayam se sentía muy contenta
entre los paeces e invitó a su hermano a
comprobar cuál de los dos había aprendido más. Al terminar la prueba Mayam se sorprendió porque Nashi sabía más
que ella. Ella fue consecuente, pero le dijo que iba a buscar la forma de tomar
el desquite.
CAPITULO
11. LA CÀMARA POLAROID
Evaristo llevaba una cámara
Polaroid que tomaba fotos casi instantáneas, todos los niños estaban
interesados en la cámara y se tomaron fotos con los niños de las etnias
separadas. Les sorprendía ver que eran ellos en las fotos. Nashi ya las conocía
por los turistas que viajan al Amazonas, pero nunca la había tenido en sus
manos y aprovechó para tomarse una foto vestido de Chaman.
CAPITULO
12. LOS HIPOGEOS
Después fueron a los
hipogeos en compañía de un arqueólogo. Al entrar, se encontraron con unas
escaleras en forma de caracol y bajaron más de ocho metros dentro de la tierra.
Cuando preguntaron que qué
es hipogeo, el arqueólogo les explicó que es un nombre griego y significa
debajo de la tierra. Cuando bajaron Mayam vio muchas pinturas en blanco, rojo y
negro. Las rojas significan sangre y vida; las negras son muerte y oscuridad; y
las blancas, luz y nacimiento. También había tumbas donde enterraban con los
muertos sus riquezas y los objetos especiales.
A una niña que preguntó por
qué los cuidaban tanto, el arqueólogo le respondió que eso sucedía porque si
ellos les hacían favores a los muertos, los muertos se los devolvían.
Cuando terminaron su
recorrido por los hipogeos, al salir a
la superficie Mayam le preguntó al arqueólogo que si el último hipogeo
no se podía ver, el arqueólogo le contestó que no, porque no se habían atrevido
a abrirlo. Nashi observó que era muy fácil
que un guaquero la abriera y se robara todo, el arqueólogo dijo que él no creía
que fueran capaces de hacerlo.
CAPITULO
13. MIRANDO EL CIELO
El arqueólogo que además era
astrónomo, los invitó a su casa para que vieran las estrellas. Sólo fueron tres
hombres, porque las mujeres estaban muy cansadas. Al llegar a la casa armaron
el telescopio. Al llegar la noche, el astrónomo se puso a ubicar las
constelaciones. Cuando sitúo una se la mostró y les dijo que se trataba de Orión.
Después vieron otras constelaciones como la ballena y el toro.
El astrónomo le mostró a Nashi
el ojo del toro y le dijo que por esa constelación se guiaron los grandes navegantes como Cristóbal Colon y Marco Polo. También les dijo que tenían que aprender a conocer el
cielo porque había gente que se interesaba más por el dinero y en cosas
innecesarias, que por ver el cielo.
Por este motivo se han
perdido las enseñanzas de grandes
culturas como los Aztecas y Mayas que elaboraron calendarios más precisos que
los egipcios. Se dedicaron a ver el cielo y las constelaciones pensando en los
animales, personas y dioses.
CAPITULO
14. HACIA LA LAGUNA DE JUAN TAMA
Después emprendieron un
largo camino hacia la laguna de Juan Tama. Un guía dijo que esa laguna para los
paeces como un centro espiritual, pues para los indígenas las lagunas eran
sagradas. El agua detenida es fuente de vida. El trayecto es muy largo y tienen
que caminar juntos para no perderse, ayudados por un guía adelante y otro atrás.
Por el camino vieron una
rocas muy grandes que sobresalían en el terreno, los nativos creen que son
fuente de poder y espiritualidad.
Ellos siguieron su camino
atravesando las montañas, viendo en el horizonte las nubes que después se convertirían
en lluvia. Luego hicieron un alto en el camino para tomarse un refresco. Emilia
le preguntó a Mayam que si quería aprender más sobre esa laguna, Mayam asintió
y ella le relató lo siguiente: dicen que era el hijo de una estrella y que nació
en una laguna y se convirtió en un líder espiritual y gran maestro de los indígenas
de la región.
En este punto ocurrió algo
increíble, un águila bajó desde las montañas y planeó sobre sus cabezas, apresó
una paloma y se la llevó a su nido. Todo el grupo quedó atónito y Mayam pensó que
ojalá nunca se fueran a acabar.
CAPITULO
15. COCA…MAMBE
Viajando con los habitantes
del lugar, observaron que tenían la
costumbre de tostar las hojas de coca y las conchas de caracol, para luego
masticarlos. Mayam la probó y la encontró muy amarga. Ella les preguntó a los
indígenas si su consumo causaba adicción
y ellos le respondieron que no, pero ya procesada, conforme a la costumbre de
los blancos si la causaba.
Volvieron a pasar por la
casa de Benilda y Mayam aprovechó la oportunidad para preguntarle si esa
costumbre entre los indígenas era mala. Ella le respondió que no, porque era
una costumbre ancestral y no causaba ningún daño a quienes la practicaban.
CAPITULO
16. LAS GUACAS
Benilda también les habló
acerca de los entierros indígenas, de los cuales todavía quedan muchos que
contienen bastante oro, pero los
guaqueros son sus enemigos porque los saquean. Primero aparecieron como un enjambre
de moscas y algunos se enriquecían de un momento a otro. Poco después se fueron
acabando los guaqueros y sólo quedaron unos pocos.
Su forma de actuar es cateando
primero el terreno mediante guaduas abiertas, luego excavan dos o tres metros
hasta encontrar el entierro, como son tan ambiciosos, pelean por quedarse con
el oro, luego destrozan los jarrones y los textiles. Finalmente, los restos
humanos quedan dispersos.
También les contó que sobre
los entierros indígenas, en fechas especiales, aparece una llamarada. Mayam le
replicó que se podía tratar de una fogata. Benilda le dijo que no, porque no
quemaba y esto lo contaban varios historiadores. Mayam manifestó que muchos
historiadores dicen mentiras y a veces los engañan. Benilda para convencerlos, les hizo leer unas pocas páginas de un libro donde
decía que la llamarada aparecía los viernes y los cuartos de luna, justamente
como ese día.
Al irse le dieron unas pocas
monedas a Benilda porque ella era pobre, pero le ayudaba a otros pobres. Mayam pensó que esos
entierros con sus vestidos, las jarras y el oro debían ser respetados y
guardados en museos para que todos los pudieran admirar.
CAPITULO
17. CUESTION DE HONOR
Los niños quedaron muy
intrigados por lo que les había contado Benilda, entre ellos: Nashi, Mayam,
Felipe, Luisa y Pedro, motivo por el cual, fueron a la explanada por la noche
ya cuando todos estaban dormidos. Una vez en el sitio sintieron mucho miedo y
para disiparlo empezaron a contar chistes, de los que se reían así fueran
buenos o malos.
Mayam pensó que el mejor
amigo del miedo es la risa. Felipe les hizo notar que se si no se callaban, no saldría
nada. Ellos se quedaron en silencio, pero como estaban tan ansiosos, volvieron
a hablar. De pronto vieron algo que se movía en la espesura y se les empezó a
acercar. Era un bulto gris, todos estaban espantados.
Ante esto, Mayam trató de
prender la linterna, pero no le
funcionaba. La sacudió hasta que le prendió. Entonces se percataron de que el
bulto gris era un burro. Se quedaron en silencio y de repente apareció una
llamarada a la distancia. Felipe, Nashi y Mayam decidieron acercarse porque a Pedro
y a Luisa les dio miedo. Ellos metieron sus manos al fuego y notaron que no
quemaba. Mayam comprobó que era un enjambre de cocuyos. Quisieron coger algunos
para llevarlos como prueba, pero desistieron porque se les podían morir. Al día
siguiente, todos se enteraron en el campamento de lo que habían hecho y les
creyeron sin necesidad de pruebas.
CAPITULO
18. LOS COCUYOS
Al día siguiente les
hicieron un círculo y les dijeron que se había escuchado sobre una expedición
de algunos de ellos por la noche. Todo el grupo acusó a Felipe, Luisa, Pedro, Nashi y Mayam, de haber
participado en la excursión.
Ante este hecho, Los guías
dijeron que no merecían un castigo porque estaban de vacaciones y tenían que
disfrutarlas. Les contaron que los cocuyos antiguamente los usaban para
iluminar caminos y los metían en frascos para que alumbraran y las mujeres se los ponían en el pelo. Emilia
señaló que la naturaleza no era machista porque las hembras de cocuyo, alumbraban
más que los machos para llamar la atención y así poder reproducirse. Los hombres
se rieron de este apunte con cierta vergüenza.
CAPITULO
19. EL POBRE PENSADOR
Al campamento llegó
corriendo un niño y les dijo que se habían robado la estatua del pensador. No
lo podían creer, pero se fueron al parque, tratando de encontrar pistas de lo
sucedido. Ahí vieron el rastro por dónde sacaron la estatua y las huellas de
las llantas del camión donde subieron la estatua. Los rastros se perdían en el
potrero, porque no había llovido.
Evaristo les comunicó que había
restricción para salir del área. Con la esperanza de que no la hubieran sacado
del área, todos los que habían adoptado
la estatua prometieron recuperarla.
CAPITULO
20. EL ENTIERRO
Estaban en el campamento,
tristes por el robo de la estatua, cuando los guías les contaron que también se
habían robado un entierro indígena en el mismo sitio donde los niños habían
estado la noche anterior y habían visto el enjambre de cocuyos.
Ellos fueron al y vieron los
textiles y jarrones rotos. Los niños se sintieron culpables porque el enjambre
de cocuyos les mostró el sitio donde estaba el entierro y no hicieron nada. Los
guías les advirtieron que no fueran a tocar nada, porque el inspector iba a
revisar el área. Después restringieron el lugar por si los curiosos llegaban y
dañaban alguna pista.
CAPITULO
21. COMO SI FUERA UN ORÁCULO
De nuevo donde Benilda, ella
les contó una historia sobre un indio que era muy guapo y valiente. Las mujeres
lo buscaban y los hombres le tenían envidia, por eso. Lo incitaban a pelear, pero
él siempre les ganaba. Fue así como los
envidiosos decidieron matarlo. Aprovecharon que él fue a visitar a su novia en otra aldea y
cuando volvía en la oscuridad, lo tumbaron del caballo y lo mataron de 22
puñaladas. Cuentan que para vengarse de los envidiosos, se convirtió en una luciérnaga
y que esta tiene 22 puntos en la cola, que significan las 22 puñaladas que le
dieron al indio. Es así como el remordimiento de los envidiosos siempre los persigue.
Después de escuchar este
relato, los niños querían dar con el paso a seguir por los guaqueros y se
decidieron por el hipogeo.
CAPITULO
22. EL ÚLTIMO HIPOGEO
Para tal efecto, decidieron
hacer vigilancia en grupos. Nashi escogió a Mayam, entre ellos se comunicaban
con los radios de Felipe. Al llegar al lugar se dieron cuenta de que la piedra
que tapaba el hipogeo, había sido removida unos centímetros, entonces se
escondieron entre los arbustos para ver qué pasaba.
Nashi y Mayam dormían por
turnos. Nashi casi no pudo dormir, en cambio Mayam se quedó dormida rápidamente y empezó a roncar. Nashi pensó
que con ese ruido no se acercaba nadie, por lo que la acomodó mejor. De pronto
vió gente pasar por su lado, con unas
linternas rojas que no se veían en la espesura y entraron al hipogeo.
Cuando estaban bien adentro Nashi
dio aviso a los del campamento por los radios. Él esperaba que en siete minutos
estuvieran ahí. Pero el tiempo pasaba y no llegaba nadie. A los veinte minutos
notó que los policías los tenían rodeados y les pidió que se rindieran. Ellos
comenzaron a salir, eran dos mujeres y cuatro hombres. Los policías los
esposaron y se los llevaron para la cárcel,
ahí les dijeron que si colaboraban con la justicia tendrían una amplia rebaja
de pena. Ante esto, confesaron que ellos mismos habían robado la estatua y el
entierro y después dijeron dónde estaba ubicada la caleta.
CAPITULO
23. LA CALETA
Los ladrones habían hecho la
caleta en un silo abandonado, dónde tenían la estatua empacada y lista para ser
transportada, dentro de una carga de plátanos y mazorcas. También tenían varios
objetos guardados en otras maletas. Entre ellos había oro, urnas funerarias,
ollitas y tulpas. Todos estaban destinados al museo. Mayam sintió lástima de las ollitas y los
vestuarios rotos.
Una vez rescatada, volvieron
a llevar al pensador a su sitio, y a su alrededor hicieron una fiesta de
despedida, entre los invitados estaba el
alcalde y el jefe de policía, de quienes recibieron felicitaciones por su valor
al no permitir que los ladrones cumplieran su cometido.
CAPITULO
24. LA DESPEDIDA
Llegó el momento de regresar
a sus sitios de origen y Nashi se despidió de Luisa, con quien se habían vuelto
muy buenos amigos, le entregó un regalo de despedida, consistente en un
pequeño palo de lluvia, para que cuando ella lo escuchara, pensara en la
lluvia del Amazonas. Luisa, por su parte, sacó de su bolso una pequeña estatua
de la India Catalina, Nashi le dijo que le serviría para acordarse de ella y
que se iban a seguir comunicando a través del teléfono y el correo electrónico.
ENSEÑANZA: Los lazos de
amistad bien establecidos, se mantienen a pesar del tiempo y la distancia.
CAPITULO
25
Finalmente, Emilia le regaló
a cada uno una mochila tejida con telar y lana de oveja, que tenía dibujado una
lagartija y un ciempiés. Evaristo les dijo que era para que siempre llevaran
esa tierra en el corazón. En el bus a Mayam ya no le interesaba mucho irse en
la ventana, porque iba pensando cómo repartir los regalos.
Al descender del avión vieron a sus padres y corrieron
a darles un gran beso. Una vez en la lancha les empezaron a contar sobre la
aventura que habían tenido para coger a los ladrones. Wayra y Antonio les
dijeron que si esa era otra de sus historias donde ellos parecían superhéroes,
a lo que Mayam replicó: esta vez sí es
verdad.
ENSEÑANZA: Debemos sentir
admiración por la diferentes manifestaciones culturales de nuestro país.