miércoles, 12 de agosto de 2015

RESUMEN TIERRADENTRO (Grado sexto)


AVENTURA EN TIERRADENTRO
RESUMEN POR CAPITULOS

INTRODUCCION
En el siguiente trabajo se presenta un informe de lectura de la obra: AVENTURA EN TIERRADENTRO, del escritor colombiano FRANCISCO LEAL QUEVEDO.
En él se determina el tema central, su resumen, los personajes participantes y la enseñanza que transmite el autor en cada capítulo. De igual manera, se muestra un recorrido de la obra que escribió el colombiano FRANCISCO LEAL QUEVEDO. Esta obra es muy amena; motivo por el cual, se recomienda su lectura y reflexión.

CONTENIDO
CAPITULO 1.     UN NUEVO VIAJE
CAPITULO 2.     DESDE LA VENTANA DEL AVION
CAPITULO 3.      ESTAMOS EN TIERRADENTRO
CAPITULO 4.      CADA UNO TIENE SU HISTORIA
CAPITULO 5.      BENILDA
CAPITULO 6.      UN FOGON DENTRO DE LA CASA
CAPITULO 7.      EL PENSADOR
CAPITULO 8.      BUSCANDO ORO
CAPITULO 9.      LA VISITA AL MUSEO
CAPITULO 10.    UN DUELO DE PALABRAS
CAPITULO 11.  EVARISTO Y LA POLAROID
CAPITULO 12.  LOS HIPOGEOS
CAPITULO 13.  MIRANDO EL CIELO
CAPITULO 14.  HACIA LA LAGUNA DE JUAN TAMA
CAPITULO 15.  COCA…MAMBE
CAPITULO 16.  LAS GUACAS
CAPITULO 17.  CUESTION DE HONOR
CAPITULO 18.  LOS COCUYOS
CAPITULO 19.  EL POBRE PENSADOR
CAPITULO 20.  EL ENTIERRO
CAPITULO 21.  COMO SI FUERA UN ORACULO
CAPITULO 22.  EL ÚLTIMO HIPOGEO
CAPITULO 23.  LA CALETA
CAPITULO 24.  LA DESPEDIDA
CAPITULO 25.  EL REGRESO

CAPITULO 1.  UN NUEVO VIAJE
Cuando los niños Nashi y Mayam estaban cenando, su padre Antonio, les preguntó  si les gustaría viajar a un sitio llamado Tierradentro. Ellos respondieron que sí. Luego su padre les dijo que debían presentarse al proceso de selección, ya que solo iban a escoger a cinco personas de la región, motivo por el cual no había nada seguro.
Ellos estaban muy ansiosos e iban todos los días a la Biblioteca en busca de los resultados. Finalmente, llego el día de su publicación. Nashi y Mayam  vieron la hoja y se desilusionaron porque sus nombres no aparecían.  Mayam observó que sólo había tres nombres y le preguntaron a la señora de la biblioteca donde estaba la otra parte de los resultados. La señora buscó y  se dio cuenta que faltaba una hoja y en esa hoja estaban los nombres de los niños.
Nashi y Mayam estaban muy contentos y al llegar a su casa, les contaron a sus padres que habían pasado y empezaron a organizar sus maletas. Cuando llegó el día tan esperado, viajaron hasta Leticia en la canoa de Antonio. Al llegar, fueron al aeropuerto y se subieron al avión. Antonio y Wayra, su madre, estaban muy tristes porque era la primera vez que se separaban de sus hijos.
PERSONAJES PARTICIPANTES: Antonio, wayra, Mayam, Nashi
ENSEÑANZA QUE TRANSMITE EL AUTOR: Tenemos que ser persistentes en las metas que nos proponemos, así como Nashi y Mayam no desfallecieron cuando conocieron la primera lista siguieron insistiendo hasta veificar que estaban anotados al final.

CAPITULO 2.   DESDE LA VENTANA DEL AVION
 En el avión, Mayam pidió la ventana, desde allí iba observando el paisaje con sus ríos, árboles, montañas y caseríos.
El avión aterrizó en Pitalito, donde les esperaba un bus que los llevaría a Tierradentro. Mayam pidió de nuevo la ventana, pero como le tocaba muy poco tiempo, negoció con Nashi porque le parecía injusto que ella tuviera sólo una hora y él seis horas; Mayam logró convencer a Nashi.
Durante el viaje pudieron observar varios animales y también personas a caballo y a pie. Las personas los saludaban como si fueran viejos conocidos. Mayam observó que había mucha tala de bosques y deseó que la leña con la que fueran a cocinar fuera de árboles que se habían caído y no de árboles talados.
Luego llegaron a un lugar lleno de neblina donde hacía tanto frio que debieron  ponerse sus sacos. A Mayam le comenzó a dar sueño y Nashi la despertó y le recordó para qué había pedido más tiempo en la ventana. Ella se despertó y siguió viendo el paisaje. Llegaron al nevado del Huila, donde observaron que era muy alto y estaba cubierto de nieve. Después le correspondió a Nashi mirar por la ventana. 
PERSONAJES PARTICIPANTES: NASHI Y MAYAM
ENSEÑANZA QUE DEJA EL AUTOR: En este capítulo, el autor nos deja la enseñanza de que debemos cuidar la naturaleza, no talar los árboles.

CAPITULO 3.  ESTAMOS EN TIERRADENTRO
Nashi miró por la ventana y se pudo dar cuenta del hermoso amanecer. Él no podía dejar de ver el cielo rojizo y abajo unos árboles con el tallo delgadito y muy pocas ramas. A los niños les causó mucha curiosidad estos árboles, y Evaristo, uno de los guías, les dijo que a mucho honor, ese era el árbol nacional y aunque no se comparaba con la ceiba en su tamaño y su volumen, era necesario cuidarlo porque estaba en vía de extinción.
Después de siete horas de camino ya todos estaban cansados, a veces cantaban pero todos no se sabían las mismas canciones. Al cabo de un tiempo, llegaron a San Andrés de Pisimbalá donde se presentaron con todos sus compañeros y armaron las carpas para dormir.

 PERSONAJES PARTICIPANTES: NASHI, MAYAM Y EVARISTO (GUIA).
ENSEÑANZA QUE DEJA EL AUTOR: Toda la naturaleza debe ser admirada y reconocida.  Debemos conocer nuestros símbolos nacionales.

CAPITULO 4.  CADA UNO TIENE SU HISTORIA

Al despertar, salieron de sus carpas y se reunieron en un círculo para  contar historias. El primero fue un niño llamado Pedro, de San Andrés, que  les contó sobre las playas y corrales, también los puso a escuchar la música champeta.
Enseguida pasó una niña llamada Luisa, que les contó sobre el inmenso mar junto a la majestuosa ciudad colonial, con sus calles estrechas y los cochecitos. Luego se disfrazó de la India Catalina y conquistó a todos con su vivacidad.
Luego Felipe, un niño bogotano, les contó sobre los inmensos edificios de muchos pisos, la gran cantidad de parques y los enormes buses. Este niño tenía la costumbre poco común, de escuchar música en un discman del que no se despegaba, con sus audífonos y una guía llamada Emilia. Como esos aparatos lo aislaban del grupo, sólo podía utilizarlos en la noche cuando estuviera solo en su carpa.
Cuando les tocó a Nashi y Mayam,  hablaron de la exuberante naturaleza del Amazonas, de su padre que también era guía turístico, de los parques Amacayaca y del lago Tarapoto mostrándoles las fotos. Además relataron que en el Amazonas se hablan muchas lenguas, de las artesanías, de la gran cantidad de peces como las pirañas. De tal modo que todos estaban muy emocionados aprendiendo las características de cada región. Finalmente, Vicente, el niño de Tierradentro, les dijo que esta es una tierra misteriosa, llena de historia, con estatuas indígenas en piedra y famosos hipogeos.

PERSONAJES PARTICIPANTES: Nashi, Mayam, Felipe, Emilia(guía),Pedro, Luisa.
ENSENANZA QUE DEJA EL AUTOR; Este capítulo nos deja  una enseñanza muy importante, que no debemos distraernos utilizando audífonos  porque eso hace que  nos aislemos del grupo y no podemos participar con agrado de actividades. También aceptar de la mejor manera las sugerencias que nos hagan sin disgustarnos. Otra enseñanza es conocer lugares de nuestro país de las riquezas y maravillas de nuestra Colombia.

CAPITULO 5. BENILDA
Al día siguiente todos se despertaron y fueron a dar un paseo, recorriendo  montañas y valles, donde vieron cómo eran construidas las casas hechas de bahareque y pintadas con cal. Les llamó la atención una casita pequeña pero muy ordenada, llena de flores y muy linda. Emilia dijo que ahí vivía la más anciana del pueblo, que tenía más de cien años y se llamaba Benilda.
Ellos decidieron ir donde la anciana que estaba casi mueca pero con una vista prodigiosa. Había sido una sabia profesora de ese lugar y era muy buena contando historias. Para corroborarlo comenzó a contarles que ella era un árbol, los niños se rieron y siguió contando la historia, se paró y la contaba abriendo las manos y moviéndolas, como si fuera una joven. Nashi pensó que en realidad si parecía un árbol por sus brazos tan largos, como si fueran ramas y sus manos como hojas. Ella les explicó que habían cuatro mundos: el espacio de los seres supremos, donde están el sol, la luna y las estrellas; un poco más abajo está el espacio de los espíritus, allí habitan las nubes, el trueno, la lluvia y el duende; luego está nuestro espacio de la madre tierra, donde vivimos la gente, las plantas y los animales, que también son gente; y bajo nuestros pies está el espacio dentro de la tierra, donde están descansando nuestros muertos.
Cuando Benilda terminó de contarles la historia, les mostró su casa y su huerta. Al terminar el recorrido los invitó a merendar.

PERSONAJES PARTICIPANTES: Benilda y Nashi


CAPITULO 6.  UN FOGON DENTRO DE LA CASA
Al seguir su viaje, veían más casas y que toda la gente que se encontraban los saludaba y muchos los invitaban a tomarse un fresco y algunos a un cuido. Al llegar a una casa muy grande, vieron que tenía el techo triangular y estaba tapada por el frio. Mayam dijo que no se comparaba con su maloquita. Ahí vieron una olla puesta al fuego y olía a frijoles, yuca y papa; a todos les dieron un poquito de cuido porque eran muchos y era muy poquito, estaban al pie del fuego y sentían su agradable calor. Mayam se acordó de su hogar y le dio nostalgia al pensar que estaba muy lejos, pero se animó y cuando se acabó el cuido se fueron hacia el campamento, donde todos comieron.
ENSENANZA: cuando salimos de nuestro hogar siempre vamos a extrañarlo y a recordarlo  y nada es comparable con lo que tenemos en el lugar donde vivimos.

CAPITULO 7.  EL PENSADOR
En su recorrido llegaron al parque arqueológico de Tierradentro, Nashi ya lo conocía por fotos. Había muchas estatuas, alrededor de cuarenta, eran muy altas y muy antiguas. Nashi dijo que las estatuas de San Agustín con esos colmillos y esa mirada amarga le causaba miedo, pero las de Tierradentro le producían paz.
De pronto vieron una estatua que era muy cabezona y tenía un cuerpo muy pequeño, estaba aparentemente abandonada, rodeada de pasto muy alto. Decidieron limpiarla y adoptarla, poniéndole por nombre: El Pensador.
ENSENANZA:  Es interesante conocer muchos lugares, cosas nuevas porque de esta manera aprendemos, además cuidar y proteger lo que nos han dejado nuestros antepasados.

CAPITULO 8.  BUSCANDO ORO
Cuando despertaron al día siguiente, estaban un poco cansados, pero la ansiedad por ir a un lugar nuevo les dio fuerzas. Así llegaron hasta el río Ullucos, donde sacaban oro. Ahí pudieron ver a unos indígenas sacando el oro con unos recipientes de madera que parecían platos, pero se llamaban bateas.
 Mayam cogió una batea y comenzó a sacar el oro. Veía que en la arena resaltaban unos pequeños granitos luminosos que parecían estrellas, ella se quedó un tiempo viéndolos y no sentía el cansancio ni  el transcurrir del tiempo.
A la hora de almorzar comieron frijol, pollo, yuca y papa. Una vez terminaron, Mayam siguió sacando los granitos de oro que le gustaban mucho y casi la hipnotizaban. Al terminar el día, ella sólo pudo sacar dos muy pequeños y pensó usarlos como aretes.

CAPITULO 9.  LA VISITA AL MUSEO
Al llegar al museo vieron muchas cerámicas, pedazos de tela y urnas funerarias. Nashi se quedó viendo un jarrón donde enterraban a los indígenas y se preguntaba cómo podían caber en un recipiente tan reducido. Emilia le explicó que  los metían en posición fetal, para que esperaran  renacer en la madre tierra. Luego le preguntó por el oro que acompañaba estos entierros, pero ella le dijo que los guaqueros se lo robaban y rompían las telas y los recipientes, luego venden lo de más valor a los extranjeros.
También le explicó que si donde estaba el entierro tenía una lagartija, era un hombre y un ciempiés si era mujer. Nashi observó que aunque era un museo muy pequeño, dejaba grandes enseñanzas..
CAPITULO 10.  UN DUELO DE PALABRAS   
Continuaron caminando y vieron un largo puente de guadua que era muy resistente, el agua sonaba sobre las rocas. Se enteraron de que esa tierra había vuelto a renacer después que un terremoto había destruido casi todo, pero los paeces, trabajando con ahínco la volvieron a recuperar.
Mayam se sentía muy contenta entre los paeces e invitó a  su hermano a comprobar cuál de los dos había aprendido más. Al terminar la prueba  Mayam se sorprendió porque Nashi sabía más que ella. Ella fue consecuente, pero le dijo que iba a buscar la forma de tomar el desquite.

CAPITULO 11. LA CÀMARA POLAROID
Evaristo llevaba una cámara Polaroid que tomaba fotos casi instantáneas, todos los niños estaban interesados en la cámara y se tomaron fotos con los niños de las etnias separadas. Les sorprendía ver que eran ellos en las fotos. Nashi ya las conocía por los turistas que viajan al Amazonas, pero nunca la había tenido en sus manos y aprovechó para tomarse una foto vestido de Chaman.

CAPITULO 12.  LOS HIPOGEOS
Después fueron a los hipogeos en compañía de un arqueólogo. Al entrar, se encontraron con unas escaleras en forma de caracol y bajaron más de ocho metros dentro de la tierra.
Cuando preguntaron que qué es hipogeo, el arqueólogo les explicó que es un nombre griego y significa debajo de la tierra. Cuando bajaron Mayam vio muchas pinturas en blanco, rojo y negro. Las rojas significan sangre y vida; las negras son muerte y oscuridad; y las blancas, luz y nacimiento. También había tumbas donde enterraban con los muertos sus riquezas y los objetos especiales.
A una niña que preguntó por qué los cuidaban tanto, el arqueólogo le respondió que eso sucedía porque si ellos les hacían favores a los muertos, los muertos se los devolvían.
Cuando terminaron su recorrido por los hipogeos, al salir a  la superficie Mayam le preguntó al arqueólogo que si el último hipogeo no se podía ver, el arqueólogo le contestó que no, porque no se habían atrevido a abrirlo. Nashi observó que era muy  fácil que un guaquero la abriera y se robara todo, el arqueólogo dijo que él no creía que fueran capaces de hacerlo.

CAPITULO 13.  MIRANDO EL CIELO
El arqueólogo que además era astrónomo, los invitó a su casa para que vieran las estrellas. Sólo fueron tres hombres, porque las mujeres estaban muy cansadas. Al llegar a la casa armaron el telescopio. Al llegar la noche, el astrónomo se puso a ubicar las constelaciones. Cuando sitúo una se la mostró y les dijo que se trataba de Orión. Después vieron otras constelaciones como la ballena y el toro.
El astrónomo le mostró a Nashi el ojo del toro y le dijo que por esa constelación se guiaron  los grandes navegantes como  Cristóbal Colon y Marco Polo. También  les dijo que tenían que aprender a conocer el cielo porque había gente que se interesaba más por el dinero y en cosas innecesarias, que por ver el cielo.
Por este motivo se han perdido las  enseñanzas de grandes culturas como los Aztecas y Mayas que elaboraron calendarios más precisos que los egipcios. Se dedicaron a ver el cielo y las constelaciones pensando en los animales, personas y dioses.


CAPITULO 14.  HACIA LA LAGUNA DE JUAN TAMA
Después emprendieron un largo camino hacia la laguna de Juan Tama. Un guía dijo que esa laguna para los paeces como un centro espiritual, pues para los indígenas las lagunas eran sagradas. El agua detenida es fuente de vida. El trayecto es muy largo y tienen que caminar juntos para no perderse, ayudados por un guía  adelante y otro atrás.
Por el camino vieron una rocas muy grandes que sobresalían en el terreno, los nativos creen que son fuente de poder y espiritualidad.
Ellos siguieron su camino atravesando las montañas, viendo en el horizonte las nubes que después se convertirían en lluvia. Luego hicieron un alto en el camino para tomarse un refresco. Emilia le preguntó a Mayam que si quería aprender más sobre esa laguna, Mayam asintió y ella le relató lo siguiente: dicen que era el hijo de una estrella y que nació en una laguna y se convirtió en un líder espiritual y gran maestro de los indígenas de la región.
En este punto ocurrió algo increíble, un águila bajó desde las montañas y planeó sobre sus cabezas, apresó una paloma y se la llevó a su nido. Todo el grupo quedó atónito y Mayam pensó que ojalá nunca se fueran a acabar.

CAPITULO 15.  COCA…MAMBE
Viajando con los habitantes del lugar,  observaron que tenían la costumbre de tostar las hojas de coca y las conchas de caracol, para luego masticarlos. Mayam la probó y la encontró muy amarga. Ella les preguntó a los indígenas si su consumo  causaba adicción y ellos le respondieron que no, pero ya procesada, conforme a la costumbre de los blancos si la causaba.
Volvieron a pasar por la casa de Benilda y Mayam aprovechó la oportunidad para preguntarle si esa costumbre entre los indígenas era mala. Ella le respondió que no, porque era una costumbre ancestral y no causaba ningún daño a quienes la practicaban.

CAPITULO 16.  LAS GUACAS
Benilda también les habló acerca de los entierros indígenas, de los cuales todavía quedan muchos que contienen bastante  oro, pero los guaqueros son sus enemigos porque los saquean. Primero aparecieron como un enjambre de moscas y algunos se enriquecían de un momento a otro. Poco después se fueron acabando los guaqueros y sólo quedaron unos pocos.
Su forma de actuar es cateando primero el terreno mediante guaduas abiertas, luego excavan dos o tres metros hasta encontrar el entierro, como son tan ambiciosos, pelean por quedarse con el oro, luego destrozan los jarrones y los textiles. Finalmente, los restos humanos quedan dispersos.
También les contó que sobre los entierros indígenas, en fechas especiales, aparece una llamarada. Mayam le replicó que se podía tratar de una fogata. Benilda le dijo que no, porque no quemaba y esto lo contaban varios historiadores. Mayam manifestó que muchos historiadores dicen mentiras y a veces los engañan. Benilda para convencerlos,  les hizo leer unas pocas páginas de un libro donde decía que la llamarada aparecía los viernes y los cuartos de luna, justamente como ese día.
Al irse le dieron unas pocas monedas a Benilda porque ella era pobre, pero le  ayudaba a otros pobres. Mayam pensó que esos entierros con sus vestidos, las jarras y el oro debían ser respetados y guardados en museos para que todos los pudieran admirar.

CAPITULO 17.  CUESTION DE HONOR
Los niños quedaron muy intrigados por lo que les había contado Benilda, entre ellos: Nashi, Mayam, Felipe, Luisa y Pedro, motivo por el cual, fueron a la explanada por la noche ya cuando todos estaban dormidos. Una vez en el sitio sintieron mucho miedo y para disiparlo empezaron a contar chistes, de los que se reían así fueran buenos o malos.
Mayam pensó que el mejor amigo del miedo es la risa. Felipe les hizo notar que se si no se callaban, no saldría nada. Ellos se quedaron en silencio, pero como estaban tan ansiosos, volvieron a hablar. De pronto vieron algo que se movía en la espesura y se les empezó a acercar. Era un bulto gris, todos estaban espantados.
Ante esto, Mayam trató de prender la linterna, pero  no le funcionaba. La sacudió hasta que le prendió. Entonces se percataron de que el bulto gris era un burro. Se quedaron en silencio y de repente apareció una llamarada a la distancia. Felipe, Nashi y Mayam decidieron acercarse porque a Pedro y a Luisa les dio miedo. Ellos metieron sus manos al fuego y notaron que no quemaba. Mayam comprobó que era un enjambre de cocuyos. Quisieron coger algunos para llevarlos como prueba, pero desistieron porque se les podían morir. Al día siguiente, todos se enteraron en el campamento de lo que habían hecho y les creyeron sin necesidad de pruebas.

CAPITULO 18.  LOS COCUYOS
Al día siguiente les hicieron un círculo y les dijeron que se había escuchado sobre una expedición de algunos de ellos por la noche. Todo el grupo acusó a  Felipe, Luisa, Pedro, Nashi y Mayam, de haber participado en la excursión.
Ante este hecho, Los guías dijeron que no merecían un castigo porque estaban de vacaciones y tenían que disfrutarlas. Les contaron que los cocuyos antiguamente los usaban para iluminar caminos y los metían en frascos para que alumbraran y  las mujeres se los ponían en el pelo. Emilia señaló que la naturaleza no era machista porque las hembras de cocuyo, alumbraban más que los machos para llamar la atención y así poder reproducirse. Los hombres se rieron de este apunte con cierta vergüenza.

CAPITULO 19.  EL POBRE PENSADOR

Al campamento llegó corriendo un niño y les dijo que se habían robado la estatua del pensador. No lo podían creer, pero se fueron al parque, tratando de encontrar pistas de lo sucedido. Ahí vieron el rastro por dónde sacaron la estatua y las huellas de las llantas del camión donde subieron la estatua. Los rastros se perdían en el potrero, porque no había llovido.
Evaristo les comunicó que había restricción para salir del área. Con la esperanza de que no la hubieran sacado del área,  todos los que habían adoptado la estatua prometieron recuperarla.

CAPITULO 20.  EL ENTIERRO
Estaban en el campamento, tristes por el robo de la estatua, cuando los guías les contaron que también se habían robado un entierro indígena en el mismo sitio donde los niños habían estado la noche anterior y habían visto el enjambre de cocuyos.
Ellos fueron al y vieron los textiles y jarrones rotos. Los niños se sintieron culpables porque el enjambre de cocuyos les mostró el sitio donde estaba el entierro y no hicieron nada. Los guías les advirtieron que no fueran a tocar nada, porque el inspector iba a revisar el área. Después restringieron el lugar por si los curiosos llegaban y dañaban alguna pista.

CAPITULO 21.  COMO SI FUERA UN ORÁCULO
De nuevo donde Benilda, ella les contó una historia sobre un indio que era muy guapo y valiente. Las mujeres lo buscaban y los hombres le tenían envidia, por eso. Lo incitaban a pelear, pero él siempre les ganaba. Fue así como los  envidiosos decidieron matarlo. Aprovecharon que  él fue a visitar a su novia en otra aldea y cuando volvía en la oscuridad, lo tumbaron del caballo y lo mataron de 22 puñaladas. Cuentan que para vengarse de los envidiosos, se convirtió en una luciérnaga y que esta tiene 22 puntos en la cola, que significan las 22 puñaladas que le dieron al indio. Es así como el remordimiento de los envidiosos siempre los persigue.
Después de escuchar este relato, los niños querían dar con el paso a seguir por los guaqueros y se decidieron por el hipogeo.

CAPITULO 22.  EL ÚLTIMO HIPOGEO

Para tal efecto, decidieron hacer vigilancia en grupos. Nashi escogió a Mayam, entre ellos se comunicaban con los radios de Felipe. Al llegar al lugar se dieron cuenta de que la piedra que tapaba el hipogeo, había sido removida unos centímetros, entonces se escondieron entre los arbustos para ver qué pasaba.
Nashi y Mayam dormían por turnos. Nashi casi no pudo dormir, en cambio Mayam  se quedó dormida  rápidamente y empezó a roncar. Nashi pensó que con ese ruido no se acercaba nadie, por lo que la acomodó mejor. De pronto vió  gente pasar por su lado, con unas linternas rojas que no se veían en la espesura y entraron al hipogeo.
Cuando estaban bien adentro Nashi dio aviso a los del campamento por los radios. Él esperaba que en siete minutos estuvieran ahí. Pero el tiempo pasaba y no llegaba nadie. A los veinte minutos notó que los policías los tenían rodeados y les pidió que se rindieran. Ellos comenzaron a salir, eran dos mujeres y cuatro hombres. Los policías los esposaron y se los llevaron  para la cárcel, ahí les dijeron que si colaboraban con la justicia tendrían una amplia rebaja de pena. Ante esto, confesaron que ellos mismos habían robado la estatua y el entierro y después dijeron dónde estaba ubicada la caleta.

CAPITULO 23.  LA CALETA
Los ladrones habían hecho la caleta en un silo abandonado, dónde tenían la estatua empacada y lista para ser transportada, dentro de una carga de plátanos y mazorcas. También tenían varios objetos guardados en otras maletas. Entre ellos había oro, urnas funerarias, ollitas y tulpas. Todos estaban destinados al museo.  Mayam sintió lástima de las ollitas y los vestuarios rotos.
Una vez rescatada, volvieron a llevar al pensador a su sitio, y a su alrededor hicieron una fiesta de despedida,  entre los invitados estaba el alcalde y el jefe de policía, de quienes recibieron felicitaciones por su valor al no permitir que los ladrones cumplieran su cometido.

CAPITULO 24.  LA DESPEDIDA

Llegó el momento de regresar a sus sitios de origen y Nashi se despidió de Luisa, con quien se habían vuelto muy buenos amigos, le entregó un regalo de despedida, consistente en  un  pequeño palo de lluvia, para que cuando ella lo escuchara, pensara en la lluvia del Amazonas. Luisa, por su parte, sacó de su bolso una pequeña estatua de la India Catalina, Nashi le dijo que le serviría para acordarse de ella y que se iban a seguir comunicando a través del teléfono y el correo electrónico.
ENSEÑANZA: Los lazos de amistad bien establecidos, se mantienen a pesar del tiempo y la distancia.

CAPITULO 25
Finalmente, Emilia le regaló a cada uno una mochila tejida con telar y lana de oveja, que tenía dibujado una lagartija y un ciempiés. Evaristo les dijo que era para que siempre llevaran esa tierra en el corazón. En el bus a Mayam ya no le interesaba mucho irse en la ventana, porque iba pensando cómo repartir los regalos.
 Al descender del avión vieron a sus padres y corrieron a darles un gran beso. Una vez en la lancha les empezaron a contar sobre la aventura que habían tenido para coger a los ladrones. Wayra y Antonio les dijeron que si esa era otra de sus historias donde ellos parecían superhéroes, a lo que  Mayam replicó: esta vez sí es verdad.

ENSEÑANZA: Debemos sentir admiración por la diferentes manifestaciones culturales de nuestro país.

sábado, 1 de agosto de 2015

ARTE VANGUARDISTA: La persistencia de la memoria


1.    EL RUIDO DE LAS COSAS AL CAER
RESUMEN
La historia comienza cuando Antonio Yammara, un joven abogado, con 26 años de edad y docente universitario, ve una noticia relacionada con la muerte de un hipopótamo que había escapado de la hacienda Nápoles. Antiguo fortín de Pablo Escobar y que ahora permanece como símbolo de una época muy violenta en la historia de Colombia. Este hecho trae a su mente una serie de recuerdos que lo relacionaron, de manera accidental, con algunos personajes que estuvieron involucrados con los carteles de la droga.
Antonio recuerda el día en que conoció a Ricardo Laverde, un piloto caído en desgracia por traficar con drogas ilícitas, inicialmente con marihuana y después con cocaína. Motivo por el cual, estuvo 20 años recluido en la cárcel. Este encuentro tuvo lugar en un billar que solía frecuentar después de dar clases de derecho en la universidad del Rosario, en Bogotá. A pesar de la diferencia de edades, Ricardo tenía 48 años, se inició una amistad entre los dos jugadores, que culmina abruptamente cuando Ricardo es asesinado por unos sicarios que le disparan, mientras camina con Antonio por la séptima. En este atentado Antonio queda mal herido e impotente. Razón por la cual, se sumerge en una crisis existencial y en una larga convalecencia  al lado de su esposa Aura, una exalumna, de las muchas que acostumbraba llevar a su apartamento de soltero, y Leticia, su pequeña hija nacida de esta relación.
Al profesor le intrigaba la actitud del piloto, muy reservado con respecto a su pasado. Razón por la cual decide indagar y descubre que el día de su asesinato, Ricardo escuchó la grabación de la caja negra de un avión que se había estrellado y en el cual viajaba su esposa Elena Fritts. El propósito de su viaje era reencontrarse con Ricardo, después de veinte años. Los que éste había pasado en prisión.
Ella era estadounidense, había pertenecido a los cuerpos de paz y había viajado a Colombia siendo muy joven con la falsa ilusión de prestar ayuda a tantos seres desvalidos, por los cuales se sentía en cierto modo culpable; porque consideraba que su país tenía mucha responsabilidad, en que este tipo de situaciones se agudizaran. Conoce a Ricardo cuando se hospeda en su casa. Rápidamente se enamoran y deciden pasar una vida juntos. Instigado por Mike Barbieri, un falso miembro de los cuerpos de paz, el joven piloto se convence a sí mismo y a Elena de cambiar sus propósitos altruistas por la riqueza y el poder que ofrece el tráfico de drogas ilícitas, como la cocaína y la marihuana, sin imaginar que en uno de sus viajes inaugurales  llevando coca a Miami, sería apresado. Después de este incidente, Elena decide regresar a su país llevando a su pequeña hija de 5 años de edad y a quien asegura que su padre ha muerto.
Antonio se entera de que la hija de Ricardo: Maya Laverde Fritts, quien ya cuenta con 28 años de edad, decidió regresar a Colombia y llevar una vida muy solitaria, dedicada a la apicultura, en la finca llamada las Acacias, heredada de su madre Elena, ubicada entre Bogotá y Medellín. Con el propósito de esclarecer las dudas que aún lo asaltan, Antonio viaja a la finca donde se encuentra con Maya, y entre sus viejos recuerdos: fotos, cartas, recortes de periódico, entre otros; va encontrando las fichas que le permiten armar el rompecabezas que durante tanto tiempo lo intrigó. Maya le cuenta acerca de su abuelo y de sus primeros años viviendo en los sitios donde transcurría la vida de quienes trabajaban para Pablo Escobar. Antonio descubre que a diferencia de lo que sucede con Aura, tiene muchas cosas en común con Maya. Motivo por el cual, siente que la empatía es mutua y su unión aunque efímera, es inevitable.
En su investigación viajan hasta la hacienda Nápoles y son testigos de su deterioro y abandono. Recuerdan algunos pasajes trágicos de la época, cuando los carteles le declararon la guerra al gobierno colombiano, el asesinato de varios destacados políticos y periodistas que se oponían y denunciaban sus pretensiones de poder ilimitado. Entre ellos: Rodrigo Lara Bonilla, quien fuera Ministro de Justicia durante el gobierno de Belisario Betancourt, Luis Carlos Galán Sarmiento, candidato a la presidencia de la república y El director de El Espectador Guillermo Cano. También recuerdan el derribo de aviones comerciales, como retaliación de los narcotraficantes y los atentados con carros bomba que dejaron centenares de muertos.
Finalmente, Antonio decide regresar al lado de su esposa y su hija, pero estas se han marchado. Es así como Maya, Antonio y su familia se convierten en víctimas indirectas de la violencia y el narcotráfico, de los cuales deben sufrir las secuelas.

2.    PERSONAJES DE LA OBRA Y SU IMPORTANCIA
Antonio Yammara: Es el protagonista y narrador de la historia. Joven abogado y profesor de la Facultad de Derecho en la Universidad del Rosario en Bogotá. Que para la época, tenía 26 años de edad. Acompañante accidental de Ricardo Laverde el día en que éste fue abaleado. Atentado en el cual también fue gravemente herido. Mientras trata de esclarecer los sucesos que le incumbieron, se va encontrando con los pasajes más violentos de la historia inmediata de Colombia.
Ricardo Laverde: Miembro de una familia de militares venida a menos. Se enamora de Elena Fritts al tiempo que se dedica a dudosos negocios de narcotráfico  como piloto de avionetas. En su primer viaje con cocaína, es apresado por la DEA y pasa 20 años en prisión. Era un joven inconforme y ambicioso que también quería escapar de una vida con la que no estaba satisfecho. Rechaza la forma de vivir de su padre, un asesor de seguros que no gana mucho dinero, e idolatra a su abuelo, un piloto de guerra cuyo pasado heroico quiere imitar. Ambicionando una vida llena de comodidades y heroísmo, abandona sus estudios de economía para aprender a pilotar aviones. Cuando se encuentra con Antonio ya tiene 48 años, su aspecto  meditabundo y descuidado, atrae al profesor que se interesa por saber qué tipo de personaje se esconde detrás de esa apariencia.
Pablo Escobar: Político, empresario y capo mafioso del Cartel de Medellín, jefe supremo de la mafia colombiana en la década de los 80, apodado el “zar de la cocaína”. Considerado uno de los hombres más ricos del mundo y propietario de  un  gran número de edificaciones, carros lujosos y aviones, al igual que de grandes complejos turísticos. Dueño de la hacienda Nápoles, su centro de operaciones, donde llegó a tener más de 200 especies exóticas entre hipopótamos, jirafas, leones, tigres y avestruces; de gran atractivo turístico. Su accionar violento, sumió al país en una de las guerras más sangrientas de que se tenga memoria. Abatido por el bloque de búsqueda en el año de 1993 en Medellín, cuando intentaba escapar de uno de sus refugios.  Su maniobrar es el detonante de la tragedia de Ricardo Laverde.
Elena o Elaine Fritts: Compañera de Ricardo Laverde. Llega a Colombia muy joven para trabajar en los Cuerpos de Paz estadounidenses. Organización que después de un tiempo, se dedica al tráfico de drogas. Elena decide interrumpir su carrera de periodismo y mudarse a Bogotá para trabajar con los Cuerpos de Paz y ayudar a los campesinos más necesitados. Es una mujer idealista, desencantada con la guerra de Vietnam, el gobierno de Nixon y la política de su país en general. Se enamora de Ricardo y renuncia a sus ideales para seguirle el juego en los negocios turbios que éste emprende. Muere al caer el avión en que viajaba para reencontrarse con Ricardo, después de 20 años de ausencia.
Maya Fritts: Es la hija de Ricardo y Elena. Mujer joven de 28 años de edad, muy solitaria y retraída. Decide regresar a Colombia antes que su madre para  dedicarse a la apicultura en su finca Las Acacias, ubicada en La Dorada, entre Bogotá y Medellín. Ahí se encuentra con Antonio, con quien llega a tener mucha afinidad. Entre los dos logran recomponer la historia ignorada de sus padres, mediante un doloroso recorrido por los hechos trágicos que han marcado sus vidas y la de todo un país.
Aura Rodríguez: Exalumna de Antonio Yammara, joven muy bella, que llega a Colombia siendo una adolescente, y con quien tiene una hija, Leticia. Aura puso a tambalear el inestable proyecto de vida de Antonio, debido a que entre sus planes inmediatos no tenía el de fundar una familia.
Consuelo Sandoval, alias “Consu”, es la casera de la pensión donde vivió Ricardo Laverde en Bogotá, después de haber salido de la cárcel. Antonio se gana su confianza y termina dándole la grabación de la caja negra del avión accidentado donde viajaba Elena. Pieza clave en la historia relatada por Antonio.
El capitán Laverde: militar y piloto abuelo de Ricardo Laverde, por quien siente una gran admiración y está dispuesto a imitar sus actos heroicos.
Julio Laverde: hijo del capitán Laverde y padre de Ricardo herido en la cara durante una demostración aérea en el transcurso de los festejos de Santa Ana, en 1938 en Bogotá. Trabaja como asesor en el mundo de las aseguradoras y no goza de la admiración de su hijo, por considerarlo un fracasado que sólo vive de apariencias.

Leticia Yammara: la pequeña hija de Aura y Antonio, que nace justo cuando Antonio entra en crisis.
El grito, Edvard Munch